Confundidos por las altas calificaciones, no pocos espectadores se 'clavan' con películas lentas y crípticas que están muy lejos de la sensibilidad media. Así, por ejemplo, la semana pasada se vio gente frente a la boletería del Atlas Santa Fe que reclamaba airadamente la devolución de su dinero, en medio de graves imprecaciones hacia los críticos, porque no sentían, ni por asomo, la misma fascinación que ellos frente a 'Intervención divina', la película del palestino Elia Suleiman. ¿Acaso no estará, por casualidad, sucediendo algo peor este fin de semana con 'Japón', el controvertido film, claramente para minorías advertidas, del mexicano Carlos Reygadas?El periodista Pablo Sirvén, secretario de redacción del diario La Nación, en un texto titulado "La crítica y la gente, divorciadas", publicado en su columna Entrelíneas del suplemento de espectáculos del domingo 6 de julio de 2003. Al recordar este párrafo, la opinión de Sirvén de hace un par de domingos, que generó una respuesta de Juan Villegas, se torna más comprensible y menos sorprendente. ■
Fue dicho
Publicado el 17.2.10 por Andrés
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7 comentarios
¡¿Qué es lo que hay que votar??!
ResponderEliminarcontribuyamos a la confusión general: por quién hay que votar? Si voto a Sirven, mi voto sirve? Y lilita qué dijo? La culpa es del gobierno....
ResponderEliminarGor
El horror, el horror...
ResponderEliminarLa verdad, no me interesa leer la polémica. Y creo que Sirven no tiene entidad para hablar de cine. HABIENDO DICHO ESTO, sí creo que cierto sector de la crítica se aleja un poco de la sensibilidad del público medio. Y también que a veces se dejan llevar por poses o intentan marcar su posición de manera exagerada. En el caso de El Secreto de sus ojos, he llegado a leer a un crítico que dijo que era la peor película del año. Más allá de los gustos, es difícil creer que fue "la peor"... Ese tipo de actitudes confunden al espectador, me parece, porque sin duda surgen desde una mirada no sólo cinematográfica. Y lo hacen descreer de la crítica.
ResponderEliminarBueno, no se trata de una religión, la gente que descree de la crítica es porque nunca creyó en ella, o porque no le interesa. Además un espectador que se deja confundir porque lee que tal o cual película es 'la peor del año' sin buscar luego los argumentos necesarios para semejante conclusión, bueno, allá él, el problema no es del crítico sino del lector. Lo de Sirven es un horror, pero no por problemas de entidades (¿qué sería una entidad para hablar de cine?) sino porque ubica lo que él llama 'la sensibilidad media' (y su supuesta demanda en las boleterías) en el lugar de principal regulador de los valores estéticos de un film (y del estado del cine en general), algo así como un laissez faire aplicado al cine. Un asco.
ResponderEliminarEs simplemente liberalismo en estado puro: todo el dinero que sale del Estado es un "gasto". No me extrañaria que dijera que hay que cerrar escuelas estatales, porque total de los que terminan el secundario casi nadie sigue estudiando, o que hay que cerrar hospitales, porque total la gente se muere igual.
ResponderEliminarEl dinero que el estado invierte en educacion, salud, o en este caso, cultura, es un "gasto" que hay que recuperar.
Lo increible es que alguien pueda decir esto teniendo, como tenemos, uno de los mejores cines del mundo.
El principal problema del comentario de Sirvén es afirmar que existe una "sensibilidad media" y que él está en condiciones de identificarla. Ni hablar sobre discutir acerca de si el crítico debe escribir atado a esos parámetros. Si así fuera, debería mirar las boleterías para luego hacer una crítica y estar a tono con el "gusto medio". No comprendo porque el crítico debería estar atento a esa medida al escribir. Y con relación a los valores aplicados al análisis del film, continuando con el ejemplo de El secreto de sus ojos, me parece que cualquier crítica que obvie su costado político, es insuficiente. Un film no se agota en su visualización cerrada. De ahí a decir que es la peor película del año, es otro cantar. Saludos. Pato
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