Breves comentarios sobre algunas de las películas vistas durante el 24° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que terminó anoche. En esta entrega van las cinco más flojas; quedan para mañana otras cinco, mucho más interesantes.
Alexander the Last (2009)
Director: Joe Swanberg. País: Estados Unidos. Más info »
Otra que se inscribe dentro del prolífico y cada vez menos interesante movimiento mumblecore. Una chica rica con muchas inseguridades consigue trabajo como actriz y comienza a sentirse atraída por su anodino compañero de elenco mientras su novio, músico, está de gira. El asunto se retuerce con la intervención de la hermana de la protagonista, que empieza a salir con el actor. En medio de todo este enredo hay un montaje paralelo entre dos escenas de sexo que quedó perimido hace 20 años y algunos diálogos que parecen sacados de un manual de lugares comunes cinematográficos.
Dogtooth (Kynodontas, 2009)
Director: Giorgos Lanthimos. País: Grecia. Más info »
Un matrimonio de buen pasar mantiene a sus tres hijos de veintipico totalmente aislados del mundo, encerrados en una suntuosa casa, viviendo bajo extrañas reglas, con un esquema represivo de premios y castigos. Pero el exterior tan temido comienza a colarse de a poco y a pesar del esfuerzo de los padres ése estricto orden se va resquebrajando. Sórdida y cínica, es una de esas películas que intenta provocar sin saber muy bien para qué. Efectismo puro y duro que algunos, en exceso imprudentes, se animaron a comparar con el cine de Michael Haneke.
For the Love of Movies: The Story of American Film Criticism (2009)
Director: Gerald Peary. País: Estados Unidos. Más info »
Documental convencional que sobrevuela la historia de la crítica cinematográfica en Estados Unidos desde Robert E. Sherwood hasta hoy, momento incierto en el que cualquiera (como el exitoso Harry Knowles o, sin ir más lejos, el ignoto autor de estas líneas) puede generarse su propio espacio para opinar sobre cine. Lo mejor son algunos testimonios (J. Hoberman, Stanley Kauffmann, Jonathan Rosenbaum, Andrew Sarris, imágenes de archivo de Pauline Kael) y algunos temas tratados (¿desaparecerán la crítica y los críticos?). Lo peor, casi todo lo demás.
Katalin Varga (2009)
Director: Peter Strickland. País: Rumania / Reino Unido / Hungría. Más info »
El pueblo se entera de que de la mujer del título (acaso inspirado en una líder de los obreros mineros de Transilvania de mediados del siglo XIX) tuvo a su hijo como consecuencia de una violación. Ante el rechazo popular y el de su esposo, ella decide buscar venganza. Todo transcurre en un anacrónico ambiente rural, en el que un carro tirado por un caballo convive con un celular, y se narra con pulcritud. En medio de demasiados convencionalismos hay, sí, una escena muy lograda aunque demasiado arbitraria. Y el final cae en la corrección política, un poco al estilo Vidas cruzadas (Crash, Paul Haggis, 2004).
Make-Out with Violence (2007)
Director: Deagol Brothers (Andy Duensing y Chris Doyle). País: Estados Unidos. Más info »
Una chica desaparece y la dan por muerta. Pero luego del funeral tres hermanos la encuentran en el campo en un estado extraño, parecido al de un zombi. Ahí se desatan conflictos, aunque nunca queda del todo claro cuáles son. Entre la comedia y el terror, los climas se mantienen apenas a base de estruendosa música indie y la cámara se mueve sin sentido de continuidad. Una de esas cosas raras que cuesta imaginar a quién se le ocurrió incluirla en el Festival. ■
Festival de Mar del Plata (primera entrega)
Publicado el 16.11.09 por Andrés
Etiquetas: Festivales, Mar del Plata 2009 |
3 comentarios
El tema de la cantidad de films, a pesar de sufrirlo por la disminución de la oferta, traté de entenderlo como la oportunidad de mejorar las condiciones de expectación. Cuando querés ver seis películas en el mismo día, es imposible disfrutarlas a todas antes de caer en trance o intentar golpearte la cabeza contra el lobo marino de cemento. El principal problema pasa por algunas elecciones, no tanto de películas sino de secciones. Abrazo, Pato.
ResponderEliminarEs curioso, Pato. Ayer lo escuchaba en la tele (creo que en Crónica) a Campanella, integrante del jurado de la Competencia Internacional, que habló luego de la entrega de premios. En un momento le preguntaron por la cantidad de películas que tuvo que ver por día. "¿Dos?", interrogó el movilero. "Y a veces hasta tres", respondió el director, como si se acabara de realizar un esfuerzo sobrehumano.
ResponderEliminarCreo que el número ideal es cuatro, porque te deja un buen tiempo para pasar por la playa o hasta dormir una siesta. Pero si se afina el lápiz -algo que hice en algún momento y, francamente, no recomiendo- se pueden ver hasta siete películas por día.
Un abrazo
Cuando me enteré que Campanella formaba parte del jurado me preocupo. No solo por la calidad de sus obras (parejas, de medio pelo para abajo) sino por la tibieza y falta de argumentos para responder sobre los temas a los que se ve expuesto por culpa de su último film. No me extraña su respuesta. Y no quiero jugarla de cool y criticarlo por masivo, sino que no encuentro demasiados valores cinematográficos, y encima, me cae grueso. Pato
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