Cortos contra el frío en Olavarría [*]

Eduardo Calcagno, Pablo Ratto y Gustavo Garzón en la premiación del Fico 2009
Viernes, nueve y pico de la noche. Afuera el Sol ya se ocultó y un frío que hiela la sangre comienza a ganar las calles púlcras y vacías. Adentro el clima es completamente distinto. El Salón Rivadavia luce colmado. Más de sesenta personas atienden en silencio a las imágenes que emite el proyector. Es que el arte siempre genera algo, moviliza, invita a pensar sobre el mundo que nos rodea. Aunque más no sea para combatir el frío.

El fin de se semana pasado se realizó la tercera edición del Festival Internacional de Cortos Olavarría (Fico), que por primera vez estuvo disociado de la Muestra de Cine Nacional Lucas Demare. Un festival pequeño en posibilidades y pretenciones pero cálido y bien organizado.

'Un juego absurdo', de Gastón RothschildLa competencia oficial, integrada por dieciocho películas argentinas y una española, fue por demás despareja. Por caso, los escolares Aula Magna, de Mariano Hueter, y Helado de mandarina, de Delfina Curia, compartieron cartel con los mucho más profesionales Toro verde, de Laura Durán, y Un juego absurdo, de Gastón Rothschild, integrantes del largometraje colectivo Historias breves V que tuvo su estreno comercial en abril pasado.

Pero al margen de las diferencias el balance fue satisfactorio. Se vieron un puñado de películas interesantes de realizadores a los que habrá que seguir con atención. Como Sacarse las medias con el dedo gordo del pie, de Alejandro Bermúdez, que narra con naturalidad y buen humor las anécdotas de una pareja que se pasa todo un domingo en la cama. O Túneles en el río, de Igor Galuk, en el que un padre y dos de sus hijos van de pesca a las inhóspitas costas del Río de la Plata. O las búsquedas visuales de El secuestro por Edgardo Fuentes, en el que Lucas de Araujo E Sá se arrima demasiado de la obra de Darren Aronofsky. O la apuesta casi experimental de Cosas que sólo suceden en los sueños de las personas que no saltan del tren en la vida real, de Ian M. Kornfeld, fallida en el relato pero fascinante en sus imágenes.

'El empleo', de Santiago Bou GrassoEl jurado (Gustavo Garzón, Eduardo Calcagno y Pablo Ratto) decidió que el premio mayor, los cinco mil pesos, fueran para Un juego absurdo, película divertida, tal vez demasiado publicitaria en su estética, en el que un adolescente intenta vencer sus miedos y encarar a una chica. Lo mejor, sin embargo, lo ofreció el corto animado El empleo, de Santiago Bou Grasso, que en apenas siete minutos plantea una idea tan sencilla como sorprendente y dispara montones de reflexiones acerca del sometimiento y las relaciones laborales.

Algunas de estas obras se pueden ver en YouTube y servicios similares. Busquen, vale la pena. Porque el arte siempre genera algo, moviliza, invita a pensar sobre el mundo que nos rodea. Busquen, aunque más no sea para combatir el frío. ■

[*] Versión ligeramente extendida de un artículo publicado el sábado 15 de agosto en el diario La Razón de Buenos Aires.

3 comentarios:

  1. Es muy bueno que tengan en cuenta el trabajo de los cortometrajistas. ¡Gracias!
    Lucas

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  2. Hola! Yo vi "El empleo" en un festival de cortos en Tapiales y es una grata sorpresa ver este post, ya que no recordaba el nombre de su director. Me fascinó la sencillez con la cual desarrolla la temática del "hombre usado como un instrumento, o sea como un medio más para conseguir otras cosas!
    Saludos!

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  3. Junto conlos trabajos de Zaramella, El empleo no solamente es una sorpresa, sino que en pocos minutos desarrolla una crítica sobre un modelo de subjetividad. Está seleccionada para el festival nacinal de Rio Negro; ojalá allí sí gane el premio mayor en su categoría. Saludos. RK

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