La cita es mañana a las 22 en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba). En el marco del ciclo que recupera los viejos programas del primer cine club de Argentina, se exhibirá La pasión de Juana de Arco (La passion de Jeanne d'Arc, 1928), extraordinaria obra del gran Carl Theodor Dreyer.
Se trata de la película -y esto se ha dicho centenares de veces desde el mismo momento del estreno- que redefinió el uso del primer plano en el cine, donde cada rostro, desde las lágrimas de la heroína francesa hasta las rugosas expresiones de sus jueces, conforma todo un paisaje. Filmada fundamentalmente en interiores, con decorados tan claros como sencillos que resaltan las expresiones y algunos ángulos de cámara insólitos para la época, un creyente como Dreyer logra las imágenes más humanas de un personaje místico.
Además, en momentos en que tanto se habla, especula y exagera tanto con respecto a la última actuación de Heath Ledger, conviene recordar el trágico caso de la protagonista de La pasión..., Maria Renée Falconetti. Comediante exitosa, fue descubierta por Dreyer en un teatro de París unos meses antes de comenzar el rodaje. "Lo que la sedujo fue la extravagancia del proyecto y la extraordinaria personalidad de Dreyer. Por eso aceptó el papel", contó su hija Hélène en el documental Carl Th. Dreyer: la misteriosa fuerza de la inspiración (Carl Th. Dreyer: Min metier, Torben Skjødt Jensen, 1995).
"Se metió tan de lleno en su papel que terminó por olvidar su propia identidad: se convirtió en Juana de Arco", dijo Hélène. Más allá de los mitos y leyendas construidos alrededor del asunto, que el propio Dreyer intentó aclarar alguna vez, lo cierto es que la experiencia le exigió tanto a Falconetti que no volvió a actuar en cine. Compró un teatro en París con el que no le fue bien, y luego de la Segunda Guerra Mundial intentó ingresar a Estados Unidos. Tampoco tuvo suerte: fue rechazada en Inmigraciones.
Falconetti se estableció entonces en Buenos Aires, donde aparentemente dilapidó sus ahorros en una noche de casino. Con algún pire místico encima, murió en circunstancias no del todo claras el 12 de diciembre de 1946, a los 54 años. Edgardo Cozarinsky dio cuenta de la historia en el documental Boulevard del crepúsculo (Boulevards du crépuscule: Sur Falconetti, Le Vigan et quelques autres en Argentine, 1992).
La pasión de Juana de Arco no es una película difícil de conseguir. Cada tanto se puede ver en televisión y tiene varias ediciones en DVD; incluso hay una del sello Epoca que incluye otro gran film de Dreyer, Vampiro (Vampyr - Der Traum des Allan Grey, 1932). Pero siempre conviene aprovechar la posibilidad de verla como se debe, con una buena copia en celuloide, la oscuridad de la sala y una cómoda butaca. ■
La Juana de Dreyer y Falconetti, en el Malba
Publicado el 18.12.08 por Andrés
Etiquetas: Agenda, Carl Theodor Dreyer, Maria Falconetti |
5 comentarios
qué buena la historia de Falconetti. no la conocía. La peli sí la vi y es cierto que la mina parece poseída por el papel. saludos ref
ResponderEliminarQue experiencia debe ser ver esta película en la pantalla grande. De imaginarlo me emociono, que envidia!
ResponderEliminarSabes qué musicalización utilizarán?
La opera Voices of Light de Richard Einhorn's que usó Criterion en su edición en DVD la da una dimensión aún mayor al trabajo de Dreyer.
Un saludo!
He leido que Falconetti habria muerto en Rosario, y que traia una supuesta carta o mensaje para un artista radicado en la ciudad, alguien sabe algo?
ResponderEliminarEsto es increible!!! es mi pelicula favorita, sabia q Falconetti habia muerto en Argentina, pero siempre quise saber donde...exactamente donde esta su tumba, poder mistico... a proposito, no sabia de la existencia de este film de Edgardo Cozarinsky, donde puedo conseguirlo? alguien me informa de ello? no lo consigo ni en vhs ni en dvd... me desespera!!! Graciassssss!! dejo mail.. no.kolera@gmail.com
ResponderEliminarBuenos Aires la ciudad europea del fin del mundo dio cobija a varios actores y directores europeos antes durante y luego de la segunda guerra mundial Falconetti fue una de ellas. Estaba cómoda en Buenos Aires, sin dinero pero con muchos amigos y unos cuantos planes artísticos y alumnas de declamación en frances reclutadas en la aristocracia argentina. Sin embargo su final fue oscuro dicen que él era poderoso joven rico y casado. Subsiste el misterio.
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