La joya oculta de Aristarain

Soundtrack de 'La playa del amor'

Una de los grandes acontecimientos esta edición del Bafici es la retrospectiva de Adolfo Aristarain, uno de los más notables narradores del cine nacional. Aunque se extraña la ausencia de Deadly / The Stranger, que el director se sigue negando a mostrar en Argentina, y el festival debió haber editado un libro sobre su obra, la posibilidad de descubrir o volver a ver sus películas en una sala de cine, con copias nuevas o en muy buen estado, es extraordinaria.

En agosto de 2007 la revista El Amante le había dedicado una de sus tapas a La discoteca del amor, que recién se editaba en DVD, lo que significó de algún modo la reivindicación definitiva para una muy buena película, divertidísima, ingeniosa y cinéfila. Pero la verdadera joya a redescubrir en la filmografía de Aristarain es La playa del amor. No porque sea una gran película (de hecho debe ser, junto a Martín (Hache), una de las menos buenas) sino porque se trata de la menos conocida.

Será que los protagonistas, sobre todo Ricardo Darín y Cacho Castaña, se resignificaron. Será la berretada autoasumida, como el Feliz cumpleaños de Mario Milito. Será la belleza irrepetible de las mujeres de la época, en especial Mónica Gonzaga, que se muestra con extraña naturalidad en su minúsculo bikini. Será la maestría de Aristarain para resolver cinematográficamente algunas escenas, como cuando Darín escapa de su hermano por la ventana del baño de una estación de servicio (momento resuelto con un travelling, sin montaje). Será la simpatía de Carlos Del Burgo, perfecto comic relief. O será todo eso junto. Pero qué bien le pasó el tiempo a esta película. ■