Tres grandes westerns...

...de Budd Boetticher en los que Randolph Scott intenta vengar la muerte de su esposa.

Afiche de 'Tras la pista de los asesinos'Tras la pista de los asesinos (Seven Men from Now, 1956)
Dirección: Budd Boetticher.
Elenco: Randolph Scott, Gail Russell, Lee Marvin, Walter Reed, John Larch, Fred Graham.
El más conocido de los tres, probablemente debido a que André Bazin lo definió en un célebre artículo de Cahiers du Cinéma como "un western ejemplar" porque, en lugar de apelar a la parodia, la desmitificación o la justificación en un interés suplementario (moral, social, psicológico), refina las estructuras primitivas del género. El ex sheriff Ben Stride persigue a los siete asesinos de su esposa. Alianzas circunstanciales, relaciones tensas y personajes ambiguos, todo narrado con un estilo seco y conciso y un virtuosismo solapado típicos del director.


Afiche de 'Día de justicia'Día de justicia (Decision at Sundown, 1957)
Dirección: Budd Boetticher.
Elenco: Randolph Scott, John Carroll, Karen Steele, Valerie French, Noah Beery Jr., John Archer.
El único que no escribió Burt Kennedy, y tal vez por eso no alcanza las alturas de los otros dos. Más estático y dialogado, cuenta la historia de Bart Allison, que llega a Sundown obsesionado por vengarse del hombre que, presume, llevó al suicidio a su esposa. Pero ese drama personal se va trasladando hacia otro conflicto, el de la responsabilidad colectiva del pueblo por aceptar la corrupción de sus jerarcas. Sobre el desolado final, casi como contrapartida de las otras dos películas, el héroe advierte lo dudoso de sus motivaciones.


Afiche de 'Cabalgar en solitario'Cabalgar en solitario (Ride Lonesome, 1959)
Dirección: Budd Boetticher.
Elenco: Randolph Scott, Karen Steele, James Best, Lee Van Cleef, James Coburn, Pernell Roberts.
Una larga y tensa travesía en la que pulsean un héroe de misteriosas motivaciones (de ahí que en el momento del estreno se conociera como El secreto del jinete) y un par de grupos de villanos de ambiguas aristas. Como sostiene Andrew Sarris en The American Cinema, se trata de una metafórica partida de póquer en la que "cada personaje tiene su oportunidad de mentir con el juego que tiene hasta que llega el momento de mostrar las cartas". El plano final, de una potencia inusitada, es sólo una de las varias cuestiones a destacar. El mejor de los tres.

Frederick Wiseman en la Lugones

Es uno de los grandes maestros del documental, aunque su obra, que ya lleva más de 40 años, es aún poco conocida en Argentina. Por eso conviene no dejar pasar la oportunidad: en el marco del DocBsAs 2009 se proyectará La danse - Le ballet de l'Opéra de Paris (2009), lo último de Frederick Wiseman, realizador honesto y consecuente al que hace casi dos años se le dedicaron unas pocas líneas en este blog. A continuación, el texto que acompaña el catálogo de la muestra:

'La danse', de Frederick Wiseman"El ballet de la Opera de París es uno de los mayores del mundo. Frederick Wiseman supo captar todos los aspectos de la vida y obra de esta institución, monumento cultural. Al filmar las clases diarias, los ensayos y las actuaciones, Wiseman destaca la escuela francesa de ballet, conocida por su atención rigurosa a la perfección técnica y la precisión de movimiento. La danse muestra cómo funciona una escuela de ballet, desde su administración, el soporte técnico y las clases, hasta los ensayos y las actuaciones de siete ballets: Paquita, de Pierre Lacotte; El cascanueces, de Rudolf Noureev; Genus, de Wayne McGregor; Medea, de Angelin Preljocaj; La casa de Bernarda Alba, de Mats Ek; Romeo y Julieta, de Sasha Waltz; y Orfeo y Eurídice, de Pina Bausch.

"La película realiza un perfil de todos los aspectos de esta compañía de ballet, una de las principales instituciones francesas. Esta es una nueva obra realizada con el tradicional método de trabajo de Wiseman, cine hecho con mística de artesano, moldeado con un propósito propio: tratar de identificar las reglas de la institución, escuchando cómo éstas son 'contadas' por ella misma".

La danse se proyecta este domingo a las 19.30 en la Lugones (Corrientes 1530), con entrada a 8 pesos. ■

La excusa de los extraterrestres

Sharlto Copley en 'Sector 9', de Neill Blomkamp
Que Sector 9 figure entre las cien mejores películas de la historia en el ránking de la Internet Movie Database (IMDb) es sólo uno de varios disparates; uno menor si se tiene en cuenta que esa lista la encabeza Sueños de libertad (The Shawshank Redemption, Frank Darabont, 1994). "Es la película de ciencia ficción más emocionante que llegó en siglos, sin duda la película más emocionante del verano, y muy posiblemente la mejor película que he visto en todo el año", exageró Sara Vilkomerson en The New York Observer. Al más confiable Scott Foundas también se le fue la mano en The Village Voice. "Aún en sus segmentos más convencionales, el director expone las cosas con un genial empuje, usando la acción y los efectos de computadora para realzar en lugar de atorar la historia y los personajes", escribió. El film costó unos 30 millones de dólares y ya lleva recaudados más de 160 millones en todo el mundo.

Afiche de 'Sector 9'
SECTOR 9 (2009)
Título original: District 9. Fecha de estreno: en Nueva Zelanda, 13 de agosto; en Argentina, 24 de septiembre. País: Estados Unidos / Nueva Zelanda. Duración: 112 minutos. Dirección: Neill Blomkamp. Producción: Peter Jackson, Bill Block, Carolynne Cunningham, Ken Kamins. Guión: Neill Blomkamp y Terri Tatchell. Fotografía: Trent Opaloch. Montaje: Julian Clarke. Música original: Clinton Shorter. Diseño de producción: Philip Ivey. Elenco: Sharlto Copley, Jason Cope, William Allen Young, Jed Brophy, Louis Minnaar, Vanessa Haywood, Marian Hooman, Vittorio Leonardi.

El primer largometraje del sudafricano Neill Blomkamp, producido por Peter Jackson, tiene demasiados problemas para merecer tantos elogios de crítica y público. Esos problemas comienzan justamente en la parte más celebrada de la película: el comienzo, esos primeros diez minutos en los que, con un formato que emula al documental, se presenta a los personajes y las raíces de sus futuros conflictos.

Enero de 1982. Una enorme nave especial se posa sobre Johannesburgo, en Sudáfrica. "No todos se sorprendieron de que la nave no se detuvo sobre Manhattan o Washington o Chicago", dice una de los expertos entrevistados, explicitando un acierto menor que era evidente para cualquier espectador más o menos despierto.

La extraña nave permanece inmóvil durante meses hasta que los humanos deciden entrar. "Estábamos cercanos al primer contacto. El mundo entero observaba. Esperando, no lo sé, música celestial y lucecitas brillantes...", explicita otra de las entrevistadas. En lugar de un amigable ET aparecieron cientos, miles de criaturas extrañas, desorientadas, famélicas. Probablemente obreros explotados en algún otro sistema solar.

Las autoridades deciden confinarlos, segregarlos en un barrio (el Sector 9 del título), pero pronto las cosas se descontrolan y el lugar se transforma en una villa miseria. "Ellos te sacan las zapatillas que estás usando. Se fijan la marca y se las llevan. Se llevan cualquier cosa que tengas. Tu celular o cualquier otra cosa. Después de eso te matan", se queja una vecina frente a la cámara. "Un virus, un virus selectivo. Soltarlo cerca de los alienígenas", propone otro de los vecinos, que si viviera por estos pagos vería C5N.

Casi 30 años después los foráneos ya son más de 1,8 millón. La situación es insostenible. El Gobierno decide acudir a Multi-Naciones Unidas (MNU), una empresa privada, para trasladar a todos los "langostinos" (así denominados por su apariencia crustácea) a otra zona, alejada de Johannesburgo, preparada al estilo de un campo de refugiados. MNU designa a cargo de la operación al inoperante Wikus Van de Merwe, yerno del director de la compañía en Sudáfrica. Fin de la descripción, comienzo de la narración.

La alegoría con la situación en Sudáfrica durante los años duros del apartheid es tan evidente que pierde su sentido. Ya se mencionaron en este blog los casos de A la hora señalada (Fred Zinnemann, 1952) y La noche de los muertos vivos (George A. Romero, 1968), películas en las que la sutil alegoría respeta al género y, en consecuencia, también pueden ser vistas sólo como lo que son, un western y una de terror. Blomkamp, en cambio, pone el mensaje por encima. Lo fantástico -como la irrupción de los alienígenas, momento importante en películas de este tipo- pierde potencia en los primeros minutos porque lo que importa es el discurso. Como planteó Leonardo M. D'Espósito en su acertado comentario en Crítica: "(...) en este caso, habría resultado más valiente documentar los restos de segregación en una sociedad como la sudafricana. Con sus pobres bichos, Sector 9 permite la tranquilidad del espectador: después de todo, esos extraterrestres no existen".

Todo esto se relaciona con el otro gran problema de la película. Pasados esos primeros minutos la acción se vuelve más bien rutinaria, convencional, con militares tan sádicos como torpes y escenas de acción escasas de ideas y con estética televisiva. Para peor, en un film que cuestiona la discriminación racial se estigmatiza a los nigerianos, que son presentados como unos negros malísimos, caníbales sin escrúpulos que sólo buscan hacer negocios con la desesperación de los extraterrestres (de hecho, el gobierno de Nigeria prohibió la exhibición de la película).

Previsiblemente, el limitado Van de Merwe toma conciencia, a partir de un accidente, de la mísera situación en que sobreviven los aliens y se cambia de bando. Primero por conveniencia, luego por convicción, se relaciona con uno de ellos. Relación no del todo bien construida, como queda claro en una escena inverosímil, cuando luego de escapar juntos de un tiroteo infernal el protagonista abandona a su compañero alienígena de buenas a primeras.

El otro vínculo en la que se apoya la película es la de Van de Merwe con su esposa, alrededor del cual giran las motivaciones de nuestro héroe por accidente. Nunca convence ese amor a prueba de balas, que se sostiene hasta el último plano, sobre todo porque la rubia parece más una nena de papá que una mujer enamorada.

Por supuesto que Sector 9 tiene sus aciertos (cierto "naturalismo" de los efectos especiales, la actuación del desconocido Sharlto Copley), y si se la enfrenta con otras realizaciones recientes del género que pretenden dejar un mensaje (El día que la tierra se detuvo es el ejemplo más claro) sale bien parada. Pero casi todos los méritos quedan opacados ante la pretensión de decir algo importante a partir de una alegoría por demás evidente. Los extraterrestres, entonces, son apenas una excusa. ■

Historias extraordinarias llega a la TV





"Como sucedió en Mar del Plata con Pizza, birra, faso hace casi diez años, su presentación en el Bafici representó un acontecimiento histórico, que debería tener consecuencias en toda la producción nacional (...) Algo ha cambiado para siempre", escribió Gustavo Noriega en la web de El Amante.

Afiche de 'Historias extraordinarias'
HISTORIAS EXTRAORDINARIAS (2008)
Fecha de estreno: 5 de septiembre. País: Argentina. Duración: 245 minutos. Dirección: Mariano Llinás. Producción: Laura Citarella. Guión: Mariano Llinás. Fotografía: Agustín Mendilaharzu. Montaje: Alejo Moguillansky y Agustín Rolandelli. Música original: Gabriel Chwojnik. Elenco: Walter Jakob, Agustín Mendilaharzu, Mariano Llinás, Klaus Dietze, Horacio Marassi, Eduardo Iaccono, Mariana Chaud, Lola Arias.

"Quiero contarles qué es lo que me pasa con la película, algo que no me sucedía desde que, a los cinco años, mi mamá me llevó a ver La fiesta inolvidable", contó Leonardo M. D'Espósito en su blog. "A lo largo de los treinta y cinco años que siguieron, esa sensación de florecimiento, de comienzo, se repitió en otros ámbitos que no eran el cine. Me sucedió con el primer beso en la boca -y no, cosa curiosa, con mi debut sexual. Me pasó cuando me enamoré y cuando me casé. Me pasó cuando viajé por primera vez en un avión. Me pasó cuando descubrí el mar", describió.

Se refieren a Historias extraordinarias, la monumental película de Mariano Llinás que el año pasado, con su estreno en el Bafici, sacudió al aletargado Nuevo Cine Argentino. Luego de once meses a sala llena en el Malba llega previsiblemente a la televisión: dentro del ciclo Primer Plano que conduce Alan Pauls, I-Sat la exhibirá en tres parte de ochenta minutos que se podrán ver mañana, el miércoles y el jueves a la medianoche. Y el sábado 24 de octubre, también a las 24, la dará completa, sin cortes.

¿Es tan extraordinaria Historias extraordinarias? Difícil establecerlo. A un año y pico de su irrupción parece que más que abrir nuevos caminos quedará como un hito algo aislado en la historia del cine argentino. Se trata de una película monumental e infrecuente por su duración, la forma en que fue producida y realizada (que el propio Llinás detalló en La lectora provisoria), la utilización de algunos recursos (entre los cuales la voz en off es el más notable pero no el único), la cantidad de historias que narra, la variedad de escenarios y géneros que abarca. También -acaso sobre todo- por la forma en que manipula al espectador.

Difícil es también intentar un resumen del argumento que no sea injusto. Mariano Kairuz lo planteó así en el suple Radar de Página/12: "Intentando encapsular lo que no fue concebido para contarse en unas pocas líneas, puede decirse que hay tres historias principales en H.E.: la de X, de quien no sabemos en principio cuál es el trabajo que anda haciendo por la localidad de Azul, y a quien vemos devenir testigo accidental (y partícipe voluntario) de un crimen a campo abierto; la de Z, que arriba a unas oficinas de pueblo para ocupar su aburrido, burocrático, cargo jerárquico, y que a poco de llegar se obsesiona con la vida del hombre (finado) que lo antecedió en su puesto; y la de H, que navega el río Salado con un encargo: rastrear los monolitos que sirven de únicos vestigios de un antiguo y monumental proyecto de corredor fluvial que quedó en la nada. Luego, esas tres líneas argumentales originales se desbandan, abriéndose a nuevas historias y nuevos viajes: X se planta en una habitación de hotel a lucubrar disparatadas teorías sobre el caso policial en el que cree haberse envuelto; Z, en lo que podría ser la caza de un tesoro, misteriosa bifurcación de las múltiples vidas de su impensado predecesor, conoce a dos hermanas encantadoras y a un majestuoso león moribundo llamado El Coronel; y H se encuentra con un hombre viejo, quizá peligroso, con quien serán prisioneros de una inesperada unidad militar".

Este bloguer pudo disfrutarla una sola vez, en una calurosa tarde del verano pasado, por lo que no puede hacer mucho más que recomendarla encarecidamente. Este post abre con el trailer de la película, uno de esos trailers inteligentes, que dicen poco acerca de la trama pero transmiten las sensaciones. Hay que verla. O volver a verla, qué duda cabe. ■