De Toy Story (1995) a WALL·E (2008), todas las películas de Pixar tenían básicamente la misma estructura. Una parte descriptiva, al comienzo, donde se presentaba un mundo imaginario (el de los juguetes, los monstruos, los superhéroes o las ratas). Ahí estaba lo mejor, lo más ingenioso; sobraban las buenas ideas y los grandes hallazgos. Ese mundo mágico solía entrar en crisis con la irrupción de algún suceso inesperado o de algún personaje que venía de afuera: el muñeco que no acepta su condición, la nena que se mezcla con los monstruos, el suicida que no quiere ser salvado, la rata que descubre que quiere ser chef. Así se entraba en la parte narrativa, donde todo se volvía más rutinario y previsible, con un desarrollo más bien clásico y unos cuantos guiños (algunos evidentes, otros no tanto, la mayoría en forma de citas) para adultos.
UP, UNA AVENTURA DE ALTURA (2009)
Título original: Up. País: Estados Unidos. Duración: 96 minutos. Dirección: Pete Docter y Bob Peterson (codirector). Producción: John Lasseter, Jonas Rivera y Andrew Stanton. Guión: Bob Peterson, Pete Docter y Thomas McCarthy. Fotografía: Patrick Lin. Diseño de producción: Ricky Nierva. Música original: Michael Giacchino. Voces: Edward Asner (Carl Fredricksen), Christopher Plummer (Charles Muntz), Jordan Nagai (Russell), Bob Peterson (Dug/Alpha), Delroy Lindo (Beta), Jerome Ranft (Gamma).
Up, una aventura de altura, la última película de la subsidiaria de Disney, rompe en parte con esa estructura. Por primera vez no aparecen mundos imaginarios lejanos al nuestro. Lo que se narra es bien de acá. Carl, un chico de alguna pequeña ciudad estadounidense, sueña con imitar las hazañas de su héroe, el aventurero Charles Muntz. Un día, de casualidad, conoce a Ellie, que comparte las mismas pasiones. Se enamoran, se casan, descubren que no pueden tener hijos y entonces prometen entregarse a un sueño: mudarse a la jungla virgen de América del Sur, cerca de una maravillosa catarata. Es decir: emular al gran Muntz. Distintas eventualidades van truncando su sueño hasta que ella, unos años mayor que él, muere.
Todo esto -setenta y pico de años en la vida de dos personas- se narra en apenas unos minutos, con música y sin diálogos, en una notable economía de recursos que obliga al espectador a involucrarse. Es, por lejos, el mejor momento de la película, acaso el de cualquier película de Pixar. Un momento puramente cinematográfico, honestamente emotivo, que habla del dolor de la pérdida sin golpes bajos ni efectismos, en un código apto para todo público pero que no subestima a chicos o adultos ni pretende ser indoloro o insípido.
Presionado por una modernidad implacablemente injusta, pero también motivado por la promesa incumplida a su esposa, un septuagenario Carl decide entonces un último gesto de rebeldía. Incontables globos de helio impulsan su casa "al infinito y más allá", para citar al alucinado Buzz Lightyear. El problema es que, por azar, un insistente boy scout queda dentro en el momento del despegue. Comienza la aventura.
La película, entonces, empieza a desinflarse (y perdón por tan obvia figura). Sus pretensiones multiage pueden jugarle una mala pasada a los adultos: en su estructura clásica, el relato siempre ofrece pistas sobre lo que viene, lo que de a ratos lo torna demasiado previsible. Quedan, de todos modos, algunos grandes momentos: una lucha sobre un dirigible, a cientos de metros del piso, que no se exhibe sino que traslada al espectador al lugar de los hechos. Imposible no sufrir algo de vértigo, sensación que se debe ver acrecentada en las exhibiciones en 3-D [1].
El happy ending es casi anecdótico. También la tensión entre lo nuevo y lo viejo, presente en casi toda la obra del estudio de animación y siempre resuelta en amigables términos. Importa mucho más el noble aprendizaje que los desparejos compañeros de aventuras adquieren durante el recorrido y la obvia relación que se establece entre ellos. Un mensaje final que, aunque sin subrayados y bien distante de la hipocresía de la sobrevalorada WALL·E [2], no deja de ser algo edulcorado.
Con Up, una aventura de altura Pixar reafirma que en los rubros técnicos está unos pasos delante del resto. Y se aleja, al menos en parte, de una estructura que se demostró eficiente pero ya estaba algo gastada. Nada extraordinario pero sí suficiente para lograr su mejor película hasta la fecha. ■
[1] Up es la primera película en 3-D (o con efecto de estereoscopía, para ser preciso) que veo, así que no soy el más indicado para opinar. Pero da la sensación de que la tecnología, que tiene muchos más años de desarrollo de los que puede suponerse, se explota aún como atractivo de feria. El crítico Leonardo D'Espósito, con bastante más bagaje en estos asuntos, sostiene en su blog que Pixar hizo un uso inteligente del recurso. Algo sí es seguro: los 28 pesos de la entrada son un exceso.
[2] Antes de putear por la consideración acerca de WALL·E recomiendo leer un antiguo post de Hernán en Planocenital que suscribo absolutamente.
Bueno, bueno. Fuí a ver up con mi sobrinito y me encantó Y tengo qe decir que moqeé mal. Me encantó. Relamente creo que estos tipos de pixar la rompen. Pero, también tengo que decir, que, entre tanto ditirmabo pizar-birdeano e sun gusto leera gente que no se dja llevar por la ola como vos y hernán. Muy buena crítica la que hiciste, anqe no la suscribo. Ah, y antes decaer cn algun cosa melos ay rmeanida como la cita d evoltaire me despido diciendo qe obvio no estoy de acuerdo cn la valoración de wall- E
ResponderEliminarY te paso otro punto d evista. Sí, ya se que viste viente mil críticas pro wall-E pero lee esta: Especialmente la de Feliero, justamente en relación a la crítica más "política" que hace hernán, colmparto más lo que sigue: “WALL-E tiene, como no es moda (y aquí un riesgo del que el film no hace bandera), mucha esperanza en la humanidad. Si los pinta como bebés enormes que tienen que aprender a caminar de nuevo, conectados a máquinas infernales, sólo atentos a lo que pasa en una pantalla y temerosos de tener contacto con otros, no tendrá vergüenza de poner el destino nuevamente en sus manos
ResponderEliminarsu valor no está en generar conciencia, sino en ofrecer soluciones cuando hoy el cine suele criticar para quedarse en la puerta de los oportunistas"
http://www.fancinema.com.ar/estrenos/wall-e.html
Slds nimios
Tendré que verla. Muchas opiniones disímiles, che. Pero algo que dijiste quedó resonando en mí: ¿!28 pesos!? Por favor...
ResponderEliminarJB. A mi también me gustó, incluso más de lo que -ahora que releo- pueden indicar estas líneas. Y sí, da para moquear bastante. Es interesante el artículo (o los artículos, en realidad) sobre WALL-E. Lo voy a leer bien y después comento.
ResponderEliminarDamián. Sí, vale la pena verla. Pero no se si conviene pagar los 28 mangos del 3-D. En una proyección común se disfruta igual.
Saludos
Adoré los colores en esta película. Creo que el 3D puede agregar muy poco y coincido en que el mejor momento fueron los primeros diez minutos. Lloré, lo admito!!
ResponderEliminarSaludos.
Yo no sé cuales son tus valores para clasificar y valorar las películas que ves. Pero definitivamente el cambio y la vuelta de timón en lo que es animación de Pixar vino con Wall-E.
ResponderEliminarToy Story 2 ???? ja,ja,ja
¿Te parece que no se construyen en la película mundos imaginarios lejanos al nuestro? Esa especie de paraíso al que llegan como en un sueño para mí no es otra cosa. Es verdad que lo que se narra es bien de acá en toda la primera parte pero luego viene el desinfle y las tramas que surgen de la nada y todo lo que vos decís sobre lo previsible, las pistas anticipadas, etc. La secuencia del comienzo es increíble, tenés razón, pero es un corto adentro de la peli.
ResponderEliminarNo sé, me resulta un poco tediosa la bajada de línea moral y de cosa edulcorada de la gente de Disney. ¿Por qué no podrán hacer una película más libre sin la obligación de hablar de "cosas importantes"? Porque hasta ahora me parece que la mezcla entre cosa profunda y género de aventuras se les va de las manos; se notan los parches de dónde termina lo trascendente para darle paso a todo lo demás. ¡Van a terminar haciendo un cine de animación de qualité!
Para mí Up aplica la misma fórmula que Wall-E, un esquema que sigue garantizando el ya previsible piso de calidad (como vos decís sobre el resto de Pixar) con el mismo aburrido techo de siempre, que ya debe estar marcado de tanto golpearse uno.
Y está bueno lo que dice D'Espósito con respecto a cómo usa esta peli el 3D (que para mí sigue siendo un espejito de colores para que la gente no se baje el divx o se alquile el dvd). Ahora, que los blockbusters de Pixar son "concebidos en absoluta libertad", mmm...
Anita. Es cierto que el 3-D no agrega mucho y, como dice Hernán en otro comentario, por ahora no pasa de ser un espejito de colores para que la gente no se baje un DivX. Pero recomiendo leer el post de D'Espósito, que hace un planteo piola al respecto.
ResponderEliminarJosé. No se a qué te referís con cambio y vuelta de timón. Los valores son los que están expuestos en este post (y en casi todo el blog).
Hernán. Sí, el mundo imaginario está, pero esta vez se parte de algo mucho más cercano. De ahí que se alejen un poco de la estructura de las películas anteriores. Es cierto que, en definitiva, la fórmula es similar a la de WALL·E, pero aquí el mensaje me parece muchísimo menos hipócrita y con menos pretensiones de importancia. Es edulcorado, sí, pero lo veo con una carga moral menos aleccionadora. Creo que en definitiva la aventura prima sobre la bajada de línea. De todos modos aún le debo una buena leída a lo que publicaste en tu blog.
Sobre la supuesta libertad de Pixar para concebir sus películas también tengo mis dudas. Es conocida, por caso, la reducción en el tamaño de las tetas que sufrió una de las chicas de Knick Knack, el corto de John Lasseter, por imposición de la Disney.
Gracias por los comentarios.
Saludos
Bueno, yo la vi cOn mis cuaTes y nOs parecio de luX.. Se las recOmienDo mucha, no solo xq son dibujOs animadOs es pa niñOs!! Tiene muchO realismO
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