Continuará...

To be continued...
Cinematófilos se toma unas semanas de vacaciones. Volverá a fines de enero o principios de febrero con la intención de concretar algunas ideas que andan dando vueltas desde hace un rato. Será hasta entonces. ■

La imagen que abre el post corresponde al final de la primera parte de Calderone's Return, cuarto episodio de la primera temporada de Miami Vice, serie comentada en este blog.

Travestis del espacio exterior

Escena de The Rocky Horror Picture Show
En Argentina estuvo prohibida por la censura y recién se estrenó a fines de los ochenta, sin pena ni gloria, como Orgía de horror y locura. Pero el culto a The Rocky Horror Picture Show (1975) [1] comenzó mucho antes, a fines de los setenta, luego de un intrascendente estreno comercial, cuando la película comenzó a ser redistribuida en las funciones de medianoche.

Basado en la obra teatral de Richard O'Brien, el film de Jim Sharman fue unánimemente condenado por la crítica en su momento. Pero un par de años después fue tomado como una bandera propia por la comunidad gay en Estados Unidos y elevado a un curioso pedestal al que muy pocas obras llegan. El lema: "No lo sueñes... vivílo" (Don't dream it... be it). Con el tiempo, el fenómeno se extendió a casi todo el mundo, como se puede comprobar en estas web de España y Argentina.

Susan Sarandon y Peter Hinwood en The Rocky Horror Picture ShowNo es sencillo explicar el por qué de semejante culto. La ambientación anacrónica lo convierte en un film no perecedero. Tim Curry se luce como doctor Frank-N-Furter, líder de los extraterrestres del planeta Transexual, de la galaxia Transilvania. Susan Sarandon, joven y hermosa, anda de aquí para allá en corpiño y bombacha durante media película. Lo mismo ocurre con Barry Bostwick, aunque en calzoncillos. Meat Loaf aparece en una moto, canta y lo matan de manera truculenta. Y el Riff Raff que encarna O'Brien se parece muchísimo al Max Schreck de Nosferatu (F.W. Murnau, 1922). En medio, canciones disparatadas, coreografías bizarras y algunas escenas memorables (el show final, orgía submarina incluida).

La edición en DVD de Gativideo y 20th Century Fox es una buena manera de aproximarse al fenómeno. El primer disco incluye la película y un par de pistas de audio adicionales. El segundo, todos extras: un documental de media hora, escenas eliminadas, errores de montaje de las primeras proyecciones en cine, fotos, trailers y entrevistas a casi todos los protagonistas, realizadas varios años después para un especial de VH1. Se puede ver además las desquiciadas exhibiciones organizadas por fanáticos, que representan la historia con el film de fondo. Una edición acorde a una de las películas de culto por excelencia. ■

[1] The Rocky Horror Picture Show se exhibe este mes en el Malba, en el marco del ciclo "Sexo en trasnoche". Se podrá ver el viernes 11 a las 23.55 y el jueves 31 de enero a las 23.55. Además, Pink Flamingos (John Waters, 1972), Miranda (Tinto Brass, 1985), El Diablo en la señorita Jones (The Devil in Miss Jones, Gerard Damiano, 1973), Exhibition (Jean-François Davy, 1975) y Flesh Gordon (Michael Benveniste y Howard Ziehm, 1974). También habrá funciones de porno mudo con música en vivo. Toda la información, acá.

Ahora dicen que hay que ver 200 documentales antes de morir

Tapa del eBook y tres páginas interiores
Más allá de la burla clarinesca del título, la iniciativa es interesante. Kevin Kelly, uno de los fundadores de la revista Wired y considerado un gurú de la era digital, lanzó el 29 de diciembre pasado la tercera versión de su libro True Films - 200 documentales que usted debe ver antes de morir. Lo novedoso es que esta edición del e-Book (está armado en pdf) es gratuita. Se puede descargar sin costo desde su página web. Para financiarlo le puso algo de Adsense que sólo se muestra a partir de la versión 8.0 del Adobe Reader. Con las anteriores no habrá publicidad.

Como ya se comentó en este blog acerca de otro libro de título similar, las listas suelen ser tan divertidas como irrelevantes. Pero también pueden ser útiles para rescatar alguna obra poco conocida. En este caso la nómina se queda a mitad de camino: ofrece algunas cosas piolas (Cuando éramos reyes, Leon Gast, 1996), otras archiconocidas (mucho Michael Moore) y varias demasiado televisivas, documentales tipo Animal Planet o Discovery Channel de dudosa valía. Tiene, además, algunas ausencias notables (¡Frederick Wiseman!).

El libro pesa 4,4 megas y puede descargarse desde acá. Gracias al amigo Matias K por el aviso. ■

Una mezcla de pocas ideas

En 1992 se estrenó una comedia que en Argentina, donde llegó directo al video, se conoció como La amante del jefe. En España se la llamó Gente de Sunset Boulevart. El título original es Mistress y la dirigió Barry Primus, un tipo con más antecedentes como actor que como director.

Cuenta la historia de un guionista (Robert Wuhl) al que un productor venido a menos (Martin Landau) le propone filmar uno de sus viejos trabajos. Pero en el intento chocarán contra las exigencias contrapuestas de quienes iban a financiar el film (Robert De Niro, Danny Aiello, Eli Wallach), que además pretenden que sus amantes tengan un rol protagónico. De ahí el título.

Comparada hasta el hartazgo con la contemporánea Las reglas del juego (The Player, Robert Altman, 1992), Mistress no es una gran película pero tiene cosas divertidas, algún diálogo ingenioso y varios palazos a Hollywood. Si no recuerdo mal, comienza y cierra con escenas en las que guionistas tiran ideas de posibles proyectos ante productores. Cosas del tipo "podríamos hacer una mezcla de Mujer bonita con Robocop", "tomemos un poco de Top Gun y de Terminator" o similares.

El diario Clarín publicó una nota este sábado sobre los tanques hollywoodenses que se estrenarán en 2008. La aparente pobreza cinematográfica con la que nos invadirá el mainstream recuerda a aquellos diálogos. Sobre todo, en estos dos párrafos. ■

Fue dicho

Me dan una sala con techo y cuatro paredes: debo poblarla con los sonidos que necesite.
El neoyorquino Walter Murch, creador en los setenta de una nueva especialidad: diseñador de sonido (sound designer). Sus trabajos con Francis Ford Coppola, sobre todo en La conversación (The Conversation, 1974), demuestran que sabe de lo que habla. El libro El arte del montaje reúne una serie de jugosas charlas de Murch con Michael Ondaatje, autor de la novela El paciente inglés. ■

Música de películas: Life Lessons (Historias de Nueva York)


De no haber existido aquel primer single la historia de los ingleses Procol Harum habría sido irrelevante. Luego de un antecedente sin suerte en The Paramounts, el cantante y tecladista Gary Brooker reúne en 1967 a cuatro músicos ignotos y al letrista Keith Reid, readapta una cantata de Bach y graba A whiter shade of pale. Rápidamente vendió seis millones de copias y fue número uno en medio mundo.

Dulce y melancólico, clásico absoluto de la historia del rock, el tema fue versionado infinidad de veces por artistas tan disímiles como Annie Lennox, Michael Bolton y nuestro Charly Garcia, entre muchos otros. Y, por supuesto, llegó al cine. Martin Scorsese incluyó largamente la canción en Life Lessons, su segmento de Historias de Nueva York (New York Stories, 1989). El corto del gran Marty probablemente sea lo mejor de una película despareja (como todo intento colectivo), que parece una excusa para que Woody Allen pueda dar rienda suelta a una historia que no alcanzaba para un largometraje.

El video que abre este post es el fragmento inicial de Life Lessons, con subtítulos en castellano y todo, cortesía de Rogolagos. ■