Algunas cuestiones acerca de A la hora señalada

Carl Foreman nació el 23 de julio de 1914 en Chicago. De familia judía, estudió en la Universidad de Illinois y una vez recibido se mudó a Los Angeles, donde comenzó a trabajar como guionista.

El servicio militar en 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, interrumpió su carrera en el cine, que pudo retomar hacia fines de la década, cuando se asoció con Stanley Kramer. Crearon una productora independiente y junto a algunos realizadores inquietos, como Richard Fleischer, Mark Robson y Edward Dmytryk, tuvieron un puñado de éxitos, con El triunfador (Champion, Robson, 1949) a la cabeza. Protagonizada por Kirk Douglas, la película recibió varias nominaciones a los premios Oscar, entre ellas una por el guión. Así, en 1950 Foreman ya era uno de los escritores top de Hollywood.

Afiche de 'A la hora señalada'
A LA HORA SEÑALADA (1952)
Título original: High Noon. Fecha de estreno: en Estados Unidos, 13 de agosto; en Argentina, 14 de mayo de 1953. País: Estados Unidos. Duración: 85 minutos. Dirección: Fred Zinnemann. Producción: Carl Foreman (sin acreditar) y Stanley Kramer. Guión: Carl Foreman. Fotografía: Floyd Crosby. Montaje: Elmo Williams y Harry W. Gerstad. Música: Dimitri Tiomkin. Elenco: Gary Cooper (Will Kane), Thomas Mitchell (Jonas Henderson), Lloyd Bridges (Harvey Pell), Katy Jurado (Helen Ramírez), Grace Kelly (Amy Fowler Kane), Otto Kruger (Percy Mettrick), Lon Chaney Jr. (Martin Howe), Harry Morgan (Sam Fuller).

Las realizaciones de la factoría Foreman-Kramer compartían un patrón: por un lado eran películas de género, con pautas más o menos convencionales, lo que facilitaba su comercialización; por otro, planteaban un abordaje de lo social que era bastante infrecuente en el Hollywood de aquellos años. El triunfador, por ejemplo, era un relato de acción ambientado en el mundo del boxeo, pero, como sostiene Fernando Martín Peña, "no había que hilar demasiado fino para descubrir que en ese ambiente se concentraba una crítica más general a la sociedad norteamericana del período" [1].

A principios de 1951 Foreman comenzó a trabajar en el guión de un western. Según le contó años después al historiador Rudy Behlmer, la historia surgió como una metáfora para representar a las Naciones Unidas, organización en la que entonces creía. Aquellas primeras ideas ambientaban la acción en el Oeste. Enfrentaban a un asesino con un sheriff, mientras este último buscaba infructuosamente ayuda para proteger al pueblo. Foreman ignoraba la existencia de The Tin Star, un cuento de John W. Cunningham ambientado en la misma época y de argumento muy similar. La productora debió adquirir los derechos para evitar una posterior acusación de plagio.

En abril de aquel año Foreman recibió una citación del Comité Parlamentario sobre Actividades Antiamericanas. La carta no lo sorprendió del todo: desde 1947, cuando el Comité posó su mirada inquisidora sobre Hollywood, preveía que él también sería interrogado. Debía presentarse en junio para declarar sobre sus contactos con el Partido Comunista. La audiencia se pospuso luego para septiembre, lo que le otorgó más tiempo para preparar su defensa. Y también para darle otro sentido a su trabajo.


La soledad

El guión comenzó a girar entonces hacia su situación personal. Así la historia se fue modificando para centrarse en la figura de un sheriff de un pequeño pueblo que, luego de su boda y a punto de retirarse, recibe la noticia de que en el tren del mediodía (de allí en título en inglés, High Noon [2]) llegará un criminal al que él había capturado unos años antes. Lo esperan dos secuaces, y juntos planear vengarse. Cuando el comisario comienza a buscar ayuda para enfrentarlo todos sus amigos le dan la espalda. Y descubre su soledad. "Aquí en Hollywood mi problema fue sentirme muy solo. No estaba en el bando de nadie. No era miembro del Partido Comunista en ese entonces, con lo cual no quería estar con ellos, pero obviamente me era impensable convertirme en delator. Sabía que estaba muerto; sólo quería morir bien. Es el tipo de situación en donde no se puede ganar pero donde se siente que hay que actuar de cierta manera. Y supongo que, sí, eso se ha filtrado en mi obra", contó Foreman en una entrevista publicada en 1979 en la desaparecida revista American Film.

Foreman en el set de 'A la hora señalada'La citación del Comité puso en riesgo el proyecto, que ya estaba bastante adelantado. Pero durante la preproducción Foreman no reveló el sentido que quería darle a su obra. Fred Zinnemann aceptó hacerse cargo de la dirección porque le interesaba hacer un western, y además se dio cuenta de que la historia le permitiría trabajar con los tiempos de un modo inusual. Gary Cooper, que ya era una estrella, se entusiasmó con el proyecto y resolvió trabajar por una quinta parte de su salario habitual más un porcentaje en las ganancias. Entonces Foreman pudo continuar con su tarea de guionista y productor. El resto del elenco se completó con actores secundarios poco conocidos pero con oficio. Y una chica en ascenso consiguió su primer papel importante: Grace Kelly.

El rodaje comenzó el 6 de septiembre de 1951. Unos días después Foreman debió presentarse ante el Comité Parlamentario. Aunque no estaba afiliado al Partido Comunista desde los tiempos de la universidad, se escudó en la Quinta Enmienda de la constitución estadounidense, que brinda el derecho a no responder preguntas cuyas respuestas pudieran ser autoincriminatorias. Como él mismo había previsto, su falta de cooperación con el Comité lo ubicó inmediatamente en las listas negras.

Luego de la filmación se vio obligado a desvincularse de la productora. Aunque se había desempeñado también como productor ejecutivo, los créditos sólo aparece como guionista, rubro en el que fue nominado al Oscar [3]. Vendió su parte de la sociedad y se exilió en Londres, donde comenzó a trabajar con el seudónimo de Derek Frye.

El corte final del film estuvo a cargo del montajista Elmo Williams, a quien Zinemann le había dejado algunas indicaciones. Luego de una primera versión que no cumplió con las expectativas de Kramer, Williams se encerró un fin de semana con la película e hizo unos cuantos cambios. Entre otras cosas suprimió unos veinte minutos, en los que desapareció una subtrama en la que un ayudante del comisario (interpretado por el actor James Brown) iba camino al pueblo con un prisionero que le causa demoras. Esas escenas se habían filmado para incrementar el suspenso: de llegar a tiempo este ayudante podría estar junto al sheriff en la confrontación. Pero nada de eso apareció en el corte final, por lo que muchos le otorgan parte de los méritos del film a Williams [4].

Gary Cooper y Grace Kelly en 'A la hora señalada'
Finalmente, la premiere de realizó el 24 de julio de 1952 en Nueva York. Inmediatamente generó varios elogios y algunas críticas. Se cuestionó la disparidad de la pareja central (Cooper tenía 50 años y Kelly, 22), y Howard Hawks y John Wayne se sintieron ofendidos por la película: el primero objetó el tema, porque no le pareció verosímil que un sheriff reclame colaboración para cumplir con su deber. Para peor, en la escena final lo salva su esposa. Esto los inspiró a hacer Río Bravo (Rio Bravo, 1959) y El Dorado (1966), historias en las que los sheriffs se niegan a pedir ayuda para hacer su trabajo.

A pesar de estos cuestionamientos y de algunas dudas que se generaron en las proyecciones previas al estreno, en líneas generales la recepción de los críticos fue muy buena, lo que colaboró para el éxito de taquilla del film [5]. Hoy ya nadie pone en duda que se trata de un clásico [6].


El superwestern

Se elogió, sobre todo, el manejo del tiempo, que acrecienta el suspenso de la historia. La segunda mitad del film transcurre en tiempo real, lo que se puede comprobar sincronizando un reloj con cualquiera de los muchos que aparecen en pantalla.

El tiempo, siempre presente en 'A la hora señalada'
También se destacó la música. Se decidió utilizar la balada Do Not Forsake Me, compuesta por Dimitri Tiomkin con letra de Ned Washington, durante toda la acción. En el film la interpreta el cantante y actor Tex Ritter, una figura de los westerns clase B. Tiomkin pretendía tener la canción grabada y distribuida antes del estreno de la película, pero la discográfica que tenía bajo contrato a Ritter no se interesó. La versión del LP, entonces, la grabó el popular Frankie Laine. Pero en el film se utilizó la versión de Ritter.

En diciembre de 1955 André Bazin publicó en Cahiers du Cinéma un artículo titulado "Evolución del western". Allí incluye a A la hora señalada en la categoría de superwestern, que aunque pueda parecer elogiosa es más que nada descriptiva. Se trata, escribió, de una western que "se avergüenza de no ser más que él mismo, e intenta justificar su existencia con un interés suplementario: de orden estético, sociológico, moral, psicológico, político, erótico..., en pocas palabras, por un valor artístico extrínseco al género y que se supone capaz de enriquecerle". Aunque a Bazin le parece "un bello film", aclara: "Yo no soy de los que se les hace agua la boca delante de A la hora señalada". Pero reconoce que "la certera adaptación de Foreman consiste en hacer coincidir una historia que podría muy bien encontrar su desarrollo en otro género, con un tema tradicional del western. Es decir, tratando al western como una forma que tiene necesidad de un contenido".



El contenido que menciona Bazin es una clara alegoría sobre la caza de brujas maccarthysta. El pueblo, cobarde e indiferente, deja solo ante el peligro al sheriff Kane. Todos le dan la espalda, incluso el ayudante despechado (Lloyd Bridges) que pretendía el puesto del comisario. En este sentido es notable, como se puede ver en el video, el travelling previo al enfrentamiento con los villanos, que parte de un plano medio y se va alejando hasta revelar la más absoluta soledad. Al final Kane triunfa en la batalla, y cuando los habitantes del pueblo se le acercan arroja al suelo su insignia, algo que veinte años después también haría, aunque por motivos bien diferentes, Harry Callahan en Harry el sucio (Dirty Harry, Don Siegel, 1971) [7].

Con todo esto en cuenta no debe ser casualidad, como especula Peña, que el personaje que interpreta Henry Morgan en el film se llame Sam Fuller, como el realizador de El rata (Pick Up on South Street, 1952), película abiertamente anticomunista. Foreman conocía a Fuller del Sindicato de Escritores Cinematográficos, y probablemente le haya molestado su actitud, más que ambigua, con respecto al maccarthysmo. En la ficción, Fuller se niega a ayudar a Kane y ni siquiera se atreve a decírselo: se escuda detrás de las polleras de su mujer. ■


[1] Tomado del artículo "La guerra de un solo hombre", de Fernando Martín Peña, publicado en la página web del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba).
[2] En Argentina se la conoce como
A la hora señalada. La infinita cantidad de veces que el título de film se utilizó en artículos periodísticos de todo tipo confirma que se trató de un gran hallazgo. En España se estrenó como Solo ante el peligro. La película aún no tiene una edición acorde a su estatura de clásico. Hace unos años AVH lanzó en Argentina un DVD que no trae extras y ni siquiera respeta el formato original de pantalla (1.37:1). Se consigue en Musimundo a 29,90 pesos. En Estados Unidos, el sello Lionsgate anunció para el 10 de junio el lanzamiento de una edición de dos discos plagada de material adicional. En Amazon se ofrece a un precio de lista de 19,98 dólares.
[3]
A la hora señalada recibió siete nominaciones a los premios Oscar de 1953, por película, dirección, guión, edición, actor protagónico, música original y canción. Se llevó la estatuilla en estas últimas cuatro categorías. Curiosamente, Gary Cooper no pudo asistir a la ceremonia: John Wayne recibió el premio en representación suya.
[4] Luego de su reconocido trabajo en
A la hora señalada, Williams pasó rápidamente a la dirección. Realizó seis películas: la primera fue El tejano (The Tall Texan, 1953), con la participación de varios actores que integraban las listas negras.
[5] La película costó alrededor de 750 mil dólares y recaudó ese año cerca de 3.750.000 sólo en Estados Unidos. En el resto del mundo las ganancias alcanzaron los 18 millones de dólares.
[6] El American Film Institute elaboró en 1998 una lista de las cien mejores películas de la historia del cine estadounidense.
A la hora señalada figuró en el puesto 33. El ránking fue actualizado en 2007, y el western de Zinnemann escaló hasta el puesto 27.
[7] En el final de Duro de matar (
Die Hard, John McTiernan, 1988) el malvado Hans (Alan Rickman) le dice a McClane (Bruce Willis), mientras tiene de rehén a su esposa y lo obliga a tirar el arma: "Parece que esta vez John Wayne no terminará marchándose con Grace Kelly". McClane lo corrige: "Ese fue Gary Cooper, idiota". Apenas un ejemplo de las amplias referencias a A la hora señalada en la cultura popular. El film, además, tuvo una secuela (el telefilme High Noon, Part II: The Return of Will Kane, de 1980, dirigido por Jerry Jameson, con Lee Majors y David Carradine) y una remake homónima filmada en Canadá, con dirección de Rod Hardy y actuaciones de Tom Skerritt, Maria Conchita Alonso, Dennis Weaver y Michael Madsen, entre otros.

Fuentes de este artículo
Alsina Thevenet, Homero: Historias de películas, El Cuenco del Plata (2006).
Bazin, André: ¿Qué es el cine?, Ediciones Rialp (2004).
Russo, Eduardo A.: Diccionario de cine, Paidós (2003).

9 comentarios:

  1. Me encantó descubrir los entretelones de esta película, una de las preferidas de mi viejo (probablemente por eso, la vi cuando era muy chica). Me encantó especialmente la anécodta sobre el enojo de Howard Hawks y John Wayne.

    ¿Tenés idea, Andrés, si ésta fue la primera película que jugó con el tema de la narración en tiempo real?

    Gracias, desde ya, por la respuesta. :)
    Un saludo.

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  2. Sí, es una hermosa película. Y la historia detrás del film, además de estar buena, está muy bien documentada. Hay un montón de aristas más por tocar (como un pleito posterior entre Foreman y Kramer) que acá decidí dejar afuera por cuestiones de espacio y para centrarme en lo más relevante.

    Estoy seguro de que A la hora señalada no es la primera película que juega en tiempo real. En 1948 Hitchcock estrenó Rope (acá se la conoce como La soga o Festín diabólico), que cuenta la historia alrededor de 80 minutos y un solo plano secuencia (en realidad, seis o siete tomas muy bien manejadas, que disimulan el montaje). Lo que no sé es cuál fue la primera ser narrada en tiempo real. Voy a ver si puedo averiguarlo.

    Saludos

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  3. Gracias, Andrés. Me interesaría saberlo por simple curiosidad. Confío en tu "capacidad de documentación" por llamarla de alguna (torpe) manera. :$$$
    Un saludo.

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  4. Es una hermosa película. Y es cierto que excede al género. Tiene, además de las lecturas que vos hacés, Andrés, el interesante debate moral-cívico-sociológico que se suscita en la Iglesia (hasta donde el cura, desde el púlpito y en medio del "sermon", se queda sin palabras, y donde triunfa la practicidad. Es interesante lo que le dice al sheriff su antecesor (Lon Chaney, que, con todo respeto, no lo considero un actor secundario, poco conocido): "La gente debe estar convencida del órden público antes de actuar. Quizá porque en el fondo no les importe", a lo se podría agregar: "Orden público, ¿para qué? Sólo hay que saber quién ganará, y luego ponte se su lado..." Con respecto a la opinión de Haward Hawks, estoy de su lado. El "héroe" que tanto la peleó en soledad, no puede ser salvado por la distracción que le provoca el rasguño de Grace Kelly (por más que fuera princesa, años más tarde). Todo el sustento argumentativo se cae en una sola escena. No es verosímil que un "supervillano" como el que pintan, termine sus días por un detalle de vaudeville. De haber sido asistido, Cooper, por alguien, bien podría haber sido el pibe de 14 años, cuya temeridad es bien propia de la inocencia de su corta edad... y pequeño detalle: es el único que jamás lo abandona. Y otra crítica: ¿Quién se queda con el "galán"?: la rubiecita de siempre!!!

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  6. Excelentes referencias sobre este clásico del cine. Desnuda uno de las más traumáticas lecciones sobre solidaridad social, cuando comienza a resultarnos inconcebible que todos y cada uno de los habitantes le den la espalda a quién tanto había hecho por éllos. Saludos desde Argentina.

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  7. la escena de la iglesia (en High Moon) puede considerarse como uno de los grandes momentos de la cinematografía norteamericana.

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