El regreso de los muertos vivos

Escena de 'El diario de los muertos'
La noche de los muertos vivos (Night of the Living Dead, 1968), obra seminal, reinventora de todo un subgénero, replicada, imitada y parodiada como pocas, es básicamente una película de terror, con climas que hielan la sangre y una poderosa tensión interna. Sobrevuela, sí, una mirada crítica sobre la guerra de Vietnam y sobre el racismo; pero prima, por sobre todo, el género cinematográfico.

Afiche de 'El diario de los muertos'
EL DIARIO DE LOS MUERTOS (2007)
Título original: Diary of the Dead. Fecha de estreno: en Estados Unidos, 15 de febrero de 2008; en Argentina, 20 de marzo de 2008. País: Estados Unidos. Duración: 95 minutos. Dirección: George A. Romero. Producción: Sam Englebardt, Peter Grunwald, Ara Katz, Art Spigel. Guión: George A. Romero. Fotografía: Adam Swica. Montaje: Michael Doherty. Música: Norman Orenstein. Elenco: Joshua Close (Jason), Scott Wentworth (Andrew Maxwell), Michelle Morgan (Debra), Joe Dinicol (Eliot Stone), Shawn Roberts (Tony Ravello), Amy Ciupak Lalonde (Tracy Thurman), Philip Riccio (Ridley Wilmott), Megan Park (Francine Shane), Chris Violette (Gordo Thorsen).

Así como los zombis se muestran más inteligentes en cada entrega, las películas de George A. Romero se van alejando del género original para ir revelándose como films políticos. Los muertos vivos pasan a ser cada vez más accesorios para dejar lugar a las miradas sobre la actualidad, a veces lúcidas, a veces reiterativas. Así fue hasta la cuarta entrega, Tierra de los muertos (Land of the Dead, 2005), la más política de todas, la más explicita, la que de a ratos se vale de un trazo grueso y de algunas metáforas demasiado explícitas para cuestionar, entre otras cosas, a la administración Bush y su "guerra" contra el terrorismo.

Romero vuelve a disfrazar de película de terror a un film político en El diario de los muertos (Diary of the Dead, 2007). Sus dardos (o mordidas) apuntan ahora hacia la manipulación de los medios y la democratización de la información que puede representar, con todas las posibilidades, limitaciones y peligros del caso, el avance de internet.

Para eso se vale de una fórmula conocida: la del falso documental, explotada hace casi diez años por esa monumental y hábil estrategia de márketing que fue El proyecto Blair Witch (The Blair Witch Project, Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, 1999) y que hoy aparece revitalizada con Cloverfield (Matt Reeves, 2008) y la aún no estrenada Redacted (Brian de Palma, 2007) [1]. A diferencia de las anteriores entregas de la saga, que iban mostrando el avance de los zombies sobre la tierra, esta película vuelve a foja cero y retoma la aparición de los muertos. Los cuerpos dejan ser inertes y salen en búsqueda de comida (carne humana, por supuesto) mientras un grupo de estudiantes de cine filman una peliculita. Entonces los jóvenes deciden, en medio de una huida cada vez más complicada, registrar todo con sus cámaras.

La trama parece de a ratos algo forzada y la justificación por la cual los jóvenes deciden seguir filmando -a pesar de muertes y atrocidades de todo tipo- es bastante endeble. Además, una voz en off abusa de algunas sentencias demasiado suntuosas y se extrañan ciertas sutilezas de La noche... y El amanecer de los muertos (Dawn of the Dead, 1978). Con todo, Romero sigue mostrando buen pulso para crear climas y para manejar el fuera de campo (lo que no se ve, que en las "pelis de miedo" suele ser más relevante que lo que sí se ve) y deleita, otra vez, con algunas pinceladas de humor negro.

Wes Craven, Stephen King, Simon Pegg, Quentin Tarantino y Guillermo del Toro prestaron sus voces para la película, en lo que fue una especie de reverencia hacia quien consideran un maestro. Como pocos tipos en la historia del cine, Romero logró abrir un camino hasta entonces prácticamente intransitado. De aquello se van a cumplir en unos meses cuarenta años. Y las cosas, está claro, han cambiado mucho desde entonces. ■

[1] Aunque en su momento pudo parecer novedosa, la idea del falso documental es muy anterior a El proyecto Blair Witch. Probablemente el primer film de ficción que la explotó haya sido Holocausto caníbal (Cannibal Holocaust, Ruggero Deodato, 1980), película a la que le dedicaremos un próximo post.

4 comentarios:

  1. A mi no me gustó la película, una pena, sentí que subrayaba demasiado algunas ideas, incluido en esto el final. igual estuvo entretenida...

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  2. Sí, yo también creo que subraya demasiado algunos conceptos. Y el final es lo más flojo. De todas maneras se puede disfrutar, tiene buenas ideas (sobre todo en el comienzo) y crea buenos climas. Una película de cinco o seis puntos, entretenida pero una de las más flojas de la saga de zombies de Romero.

    Un saludo

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  3. Hola. Me llamo Jazmín. No creo en los muertos vivos , son una pabada jjajaja besitos bye

    MI NOMBRE: Jazmín Ferreilla

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  4. me/fasinan/las/pelis/de/zombis/soy/dejujuy/0u/y/estoy/pensando/en/formar/un/club/de/fanaticosde/zombis.

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